El charco de la Pava un espacio para todos
Hablar del Charco de la Pava en Sevilla es hacerlo de un lugar conocido por los habitantes de todos los rincones de la ciudad. En su llano se celebra el famoso “mercadillo” en el que muchos vendedores de origen humilde se reúnen para montar sus puestos. No obstante, en algunas ocasiones, la polémica está servida por el hecho de que gente muy concreta –sería muy injusto generalizar- se encarga de vender objetos y artilugios que han sido robados durante la semana, una situación en la que la Policía Local ha tenido que intervenir.
Pero la denominación de Charco de la Pava incluye muchos más aspectos arraigados en la rutina social de los sevillanos. En esta zona también se sitúan unas instalaciones deportivas en las que los campos de fútbol de albero y de césped sirven de infraestructura de entrenamiento para algunos equipos de categorías infantiles de la ciudad. Las pistas de fútbol sala ubicadas en este espacio también permiten a muchos grupos de amigos practicar deporte de forma cómoda.
Del Charco de la Pava se viene hablando mucho en los últimos años, ya que su amplísimo llano es una de las opciones que siempre aparecen en las quinielas a la hora de una hipotética futura ubicación para la Feria de abril, que ahora se celebra en el barrio de Los Remedios. Muchos jóvenes visitan cada fin de semana el Charco de la Pava para hacer de forma aparentemente clandestina las famosas “botellonas”.
Sin embargo, el nombre de Charco de la Pava proviene de la existencia de una venta. En la venta del Charco de la Pava, ya desaparecida, se reunían en los años 40 y 50 grandes nombres del mundo del flamenco, como Manolo Caracol, Antonio Mairena o Esteban de Sanlúcar. Este era un lugar de encuentro para el disfrute de los trianeros más aficionados al género del flamenco.